- Aislar tuberías, especialmente las más cercanas a las paredes externas, áticos o espacios vacíos.
- Cubrir las tuberías con cinta aislante térmica o cables de aire caliente regulados por un termostato. Utilizar productos aprobados por una organización independiente de prueba.
- Utilizar sellador o aislante para sellar las fugas de aire. Buscar fugas de aire en los cables eléctricos, conductos de secadora y tuberías.
- Verificar burletes y otros selladores en las puertas exteriores.
- Mantener las puertas exteriores cerradas. Las puertas abiertas – aunque sea unos pocos minutos – pueden congelar rápidamente los conductos de agua expuestos.
- Desconectar las mangueras exteriores y cubrir las válvulas donde las mangueras están conectadas.
- CERRAR el agua de las canillas externas y los sistemas de riego.
- Abrir las puertas interiores de las salas de servicio.
- Permitir que circule aire caliente en las áreas no calefaccionadas con tuberías expuestas o sin aislamiento.
- ABRIR las canillas de agua caliente y fría cerca de las paredes de afuera. Permitir que corra un pequeño hilo de agua durante la noche.
- Identificar la ubicación de todas las válvulas de cierre. Prepararse para detener el flujo de agua lo antes posible en caso de que explote una tubería.
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